El raid tuvo que esperar un año para volver a ver a uno de sus principales animadores. Así, sobre la tierra muerta de Pozo Santo, en Pisco, Carlos Sainz ha logrado imponer sus condiciones sobre un auto que no conocía y que en la previa había anunciado que iría dominando con el paso de los kilómetros.
Por la manera cómo se dio su desembarco en el proyecto del catarí Nasser Al Attiyah, a tan pocas semanas de la partida, el español fue sumamente cauto en todo momento a la hora de desinflar las expectativas que se habían construido, naturalmente, sobre él. “Estoy seguro que este vehículo ganará un Dakar. No sé si será este. Este proyecto está pensado en tres años y recién comenzamos. ¿Seguiré con el vehículo? Esto lo irá decidiendo año a año, pero lo que si tengo claro es que es fundamental terminar la carrera para poder sacar lecciones”, admitió el bicampeón Mundial de Rally y ganador del Dakar 2010, Carlos Sainz.
¿Y los Mini? Conservadores. Los cuatro pilotos (Holowczyc, Novistkiy, Peterhansel y Roma) se han contentado con terminar entre el Top 10 y guardar pólvora para mañana. ¿Cómo se explica este resultado? Es probable que mientras los Mini, conocedores del auto que tienen, han decidido rodar con cautela, Sainz ha apostado por exigir a su buggy al máximo para tener mucho más claros los puntos de referencia con miras a lo que será el tramo de mañana. Así mientras unos salieron pensando en la formalidad otros, como el Lucio Álvarez (segundo de la general), han tomado el sector como el gran ensayo final.
fuente:elcomercio.com
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