Kimi Raikkonen debutó en la Fórmula 1 en un GP de Australia, como el que acaba de ganar, pero del año 2001. Y no fue hasta 2003 cuando logró su primera victoria, al volante de McLaren en el GP de Malaisia; desde entonces, el finlandés ha ido acumulando triunfos hasta llegar al vigésimo de Melbourne, que además es el segundo tras su regreso a la especialidad después del paréntesis que supuso su incursión en el Mundial de rallys: ya ganó con el Lotus el pasado año en Abu Dhabi.
Las anteriores victorias de Iceman llegaron como piloto de McLaren, entre 2003 y 2005, y con Ferrari, entre 2007 y 2009. Su mejor temporada en esta estadística fue la de 2005, cuando se anotó el triunfo en siete grandes premios: España, Mónaco, Canadá, Hungría, Turquía, Bélgica y Japón, aunque no fueron suficientes para lograr un título que fue a parar a manos de Fernando Alonso, teniéndose que conformar con el subcampeonato.
En este éxito de Australia han tenido un papel determinante los neumáticos y el modo en el que los cuida el Lotus. Por ello, el triunfo tiene cierto sabor español, ya que es Manuel Muñoz, madrileño e ingeniero de Pirelli, el que se encarga de gestionar los compuestos del finlandés.
El campeón mundial de 2007, entonces con Ferrari, se mostró exultante tras su primer triunfo del año con Lotus: "En la parrilla de salida siempre tienes dudas. Sabía que el coche iba bien y que iba a ser una buena carrera. Fernando (Alonso) se acercaba por momentos durante la carrera. Pero he visto que tenía margen y he podido relajarme".
Sin embargo, Raikkonen no echa las campanas al vuelo: "Me siento bien, pero sólo ha habido una carrera. Esto no cambia nuestra meta y nuestro enfoque de trabajo para este año. Pero hemos comenzado con un buen coche".
fuente:f1enestadopuro.com
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