domingo, 19 de febrero de 2012

LEYENDAS DE LA F1




Nombre: Michael Schumacher
Lugar de nacimiento: Hürth (Alemania)
Fecha: 3 de enero de 1969
Títulos: 7 (1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004)GP disputados: 249 (1991-2006) Subcampeonatos: 2 (1989, 1993) Victorias: 91 (1992-2006) Podios: 190 (1992-2006) Poles: 68 (1992-2006)


Detrás de sus números inalcanzables, de su palmarés inabordable, Michael Schumacher también transmitió otra impronta en su retirada, la del robot que no permite llegar a sus emociones.


Nadie fue capaz de establecer una comparación en Monza, en 2006, cuando anunció su adiós, con el fallecido Senna, auténtico ídolo de una generación o con Fangio, un héroe romántico de la posguerra. Su apabullante superioridad durante el cambio de siglo y, sobre todo, su mal perder le granjearon tantos amigos como enemigos en las pistas. Y fuera de ellas.


Michael Schumacher (Hürth-Hermülheim, 3 de enero de 1969), hijo de un albañil que trabajaba en el circuito de karts de Kerpen, en cuya cantina servia su esposa. Primogénito de la pareja, rompió todos los moldes.


Siete entorchados y todos los récords de la F-1 salvo el de grandes premios disputados. Gobernó la competición desde 1994 (su primer título con Benetton) hasta 2004 (su última corona con Ferrari).


Miembro del equipo júnior de Mercedes en el Campeonato del Mundo de sport-prototipos en 1990 y 1991, la casa alemana le facilitó el paso siguiente al llegar a un acuerdo con Eddie Jordan para que corriera el Gran Premio de Bélgica de 1991 al volante de un Jordan 191 Ford.


Flavio Briatore se lo arrebató a Jordan, corriendo, desde la carrera siguiente, en Italia, para Benetton en compañía de Nelson Piquet, al que eclipsó.


En 1992, en su primera temporada completa en la F-1, logró su primera victoria al imponerse en el Gran Premio de Bélgica. Su primer título lo consiguió, dos años después, de forma agresiva al colisionar con Damon Hill en Australia.


En 1995 volvía a ser campeón del mundo, pero sus accidentes con Damon Hill en las pruebas de Gran Bretaña e Italia, sus toques en Bélgica y Europa, así como sus intercambios verbales y de golpes con Ayrton Senna en unos entrenamientos en Alemania, confirmaron que Michael Schumacher iba a ser un hueso duro en la F-1.


Después de sus dos títulos con Benetton llegó a Ferrari con el objetivo de reverdecer los laureles de la escudería italiana. Y lo hizo de la mano de los ‘cerebros’ del equipo, Ross Brawn y Rory Byrne. Las victorias llegaron fáciles. No así los títulos ya que, durante tres años, perdió la corona en la última carrera.


En 2000, ya con Jean Todt como jefe de filas, comenzaron los laureles para la escudería italiana.


En Maranello se diseñó un monoplaza que se ajustaba a la perfección a las condiciones y al pilotaje del Schumacher. Y dio comienzo la ‘dictadura roja’.


Al título de ese año le seguirían cuatro más hasta 2004, tanto de pilotos como de constructores.


La irrupción de un joven ovetense, con el que comparte el honor de haber sido distinguido con el Premio Príncipe de los Deportes, hizo tambalear su imperio, acabó por derrocarle e hizo que decidiera que había llegado la hora de jubilarse.


Retirado desde el 22 de octubre de 2006, el alemán no se ha alejado demasiado y continúa como asesor de Ferrari a precio de oro.






fuente: elcomercio.com

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