lunes, 1 de julio de 2013

KIA SPORTAGE TERCERA GENERACION

   
El Sportage ha llegado a su tercera generación como uno de los SUV compactos más solventes del mercado. Su diseño refuerza el dinamismo del conjunto y su atractivo estético, con una carrocería que es más larga, más ancha pero también más baja que la anterior. Su silueta es más estilizada y ligera, con un excelente coeficiente aerodinámico del 0,37 frente al 0,40 del modelo precedente.


Los diseñadores del Kia Sportage definen su creación como fresca, audaz y dinámica. Y lo cierto es que se trata de características que se aprecian desde el primer golpe de vista en este todocamino, con una estética actual y atlética, que en ningún caso pasa desapercibida. Desde su parrilla y su frontal de estilo felino, pasando por sus grupos ópticos, su capó abombado o el parabrisas aerodinámico, para terminar con su altura reducida, cada uno de sus trazos sirve para conseguir este resultado tan acertado. 
La oferta de motores de la gama Kia Sportage está concebida para cubrir un amplio abanico de exigencias y necesidades. Consta, por supuesto, de opciones de gasolina y también diésel, todas ellas con un denominador común: la combinación de un rendimiento destacado con la máxima eficiencia.
En Kia piensan que ser respetuosos con el medio ambiente, a través de consumos y emisiones reducidas, no debe resultar incompatible con unas buenas prestaciones, así que aplican su moderna ingeniería para satisfacer este compromiso.
Para los incondicionales de los motores de gasolina, Kia ha previsto para el Sportage una unidad de 1,6 litros de cubicaje que es capaz de entregar 140 CV de potencia. Disfruta de todas las ventajas de un avanzado sistema de inyección directa de combustible GDI, capaz de reducir las emisiones a la vez que incremente la potencia y la eficiencia energética. La importancia de los motores diésel es mucha en este segmento de los SUV y de este modo la oferta de Kia para el Sportage es especialmente amplia.
El motor básico de la gama es el 1,7 litros con un rendimiento de 115 CV, que se complementa con otras dos opciones turbodiésel de más potencia. 
En ambos casos son propulsores de dos litros, el primero entregando 136 CV, mientras que los más exigentes en el capítulo prestacional podrán acceder a una variante de nada menos que 184 CV.


La variedad también está presente en las cajas de cambio del Sportage. El motor de gasolina recurre a una manual de cinco relaciones, que pasa a ser de seis marchas en el caso de los dos propulsores diésel menos potentes; en el superior de 184 CV se opta por un cambio automático también de seis marchas. Esta última transmisión permite elegir entre dos modos de utilización: completamente automático o la variante deportiva, que admite una mayor intervención del conductor en el proceso, bien a través de la palanca de cambios o de los mandos montados en el volante.



El comportamiento en marcha del Kia Sportage es dinámico pero también noble. El disfrute de la conducción se complementa con la máxima seguridad, gracias a soluciones como la dirección con asistencia eléctrica. Con este mecanismo, el conductor tiene un control preciso del vehículo y un manejo fácil del volante sin necesidad de realizar esfuerzo alguno, lo que resulta especialmente valioso en maniobras de estacionamiento y en el tráfico urbano. Las suspensiones del Kia Sportage se montan sobre un ligero bastidor hidroformado, con cojinetes de caucho para aislar a los ocupantes de las irregularidades del terreno. En el tren delantero encontramos un clásico y efectivo esquema MacPherson, mientras que el eje trasero se confía a un sistema de paralelogramos deformables totalmente independiente. Los amortiguadores y los muelles se montan por separado para no restar espacio al habitáculo o al maletero.


Todas las versiones del Kia Sportage están equipadas con equipo de frenado integral de discos en las cuatro ruedas, asistidos por un sistema antibloqueo ABS y distribuidor de fuerza de frenado EDB. Los delanteros son ventilados y los traseros sólidos, consiguiéndose así la máxima potencia de frenada en cualquier circunstancia. Además, las versiones con tracción integral disponen de discos de mayor diámetro. Muchas son las soluciones de tecnología avanzada que aporta el Kia Sportage para llevar hasta límites insospechados la seguridad y el confort de conducción.


Una de ellas es el HAC (control de asistencias en subidas), que funciona en sintonía con el DBC (control de frenada en bajadas). El HAC impide el retroceso del coche en las subidas, mientras que el DCB permite, simplemente pulsando un botón, realizar descensos seguros al mantener el vehículo a una velocidad máxima de 5 km/h.


Otra solución que nos puede evitar muchos incidentes es el ESS (señal de parada de emergencia). En caso de necesidad, cuando entran en funcionamiento en frenadas fuertes el ABS o el ESC (control de estabilidad electrónico), el sistema hace parpadear las luces de freno, advirtiendo así a los conductores que nos siguen de la maniobra.


El sistema de frenado integral del Kia Sportage se basa en tres pilares básicos: el antibloqueo de frenos (ABS), el distribuidor de la fuerza de frenada (EBD) y el servofreno de asistencia (BAS). El coche es capaz de detectar una parada de emergencia y transmitir toda la potencia de frenado para detener el vehículo en el menor espacio posible.


El Kia Sportage también es capaz de ayudarnos en las maniobras de aparcamiento y lo hace gracias a dos tecnologías. La primera es el sensor de aviso de marcha atrás, que emite un sonido cuando el vehículo se aproxima a un obstáculo para advertir de su presencia; la segunda y más sofisticada es la cámara de visión trasera montada en el portón del maletero, con una lente gran angular (130 grados) que transmite su imagen a la pantalla LCD del salpicadero. Con ella se tiene una perfecta visión de lo que se encuentra por detrás del vehículo y se evitan ángulos muertos de visión.



El Kia Sportage se beneficia de las ventajas de la última generación de motores diésel de la marca. En cualquiera de sus variantes, se trata de motores de elevado rendimiento pero con el máximo respeto medioambiental. Los ingenieros se han esforzado por la contención de los consumos y las emisiones, pero sin que ello afecte de forma negativa a los valores de potencia y par. El Sportage fue el encargado de estrenar la inyección directa de gasolina (GDI) en la gama Kia. El sistema GDI reduce las emisiones a la vez que aumenta la potencia, el par motor y la eficiencia energética. Entre sus argumentos resulta especialmente destacable el aumento del par en un 7 por ciento a bajas revoluciones y un 12 por ciento a altas, además de mejorar un 10 por ciento el aprovechamiento global de la gasolina. El incremento en las dimensiones generales del Kia Sportage respecto a sus anteriores generaciones tiene un efecto muy positivo en la habitabilidad del vehículo. El interior es amplio y espacioso, siendo responsable también de esta mejora la adopción de un ángulo invertido en el montante trasero, que lo desplaza 186 mm hacia atrás y permite a los pasajeros de las plazas posteriores disfrutar de una vista más diáfana.



Además, el acceso al interior es más sencillo gracias a la reducción de la altura de la banqueta de los asientos.



Al volante, el conductor del Sportage tendrá ante sí una completa instrumentación centralizada en un único bloque. Ello le permite tener bajo control todas las funciones básicas del vehículo focalizando su mirada en un único punto, evitándose con ello distracciones por apartar la vista de la carretera más de imprescindible. Sus grafismos, además, son claros y precisos, existiendo la opción de elegir un tablero ‘Super Vision’ con iluminación en tonalidades rojizas.


En este esfuerzo por facilitar la tarea, siempre esencial, del automovilista, el Sportage ofrece en el reposabrazos de la puerta izquierda el centro de control de los elevalunas eléctricos, su bloqueo y plegado, la regulación eléctrica de ambos y el bloqueo del cierre centralizado. Todo ello, de forma cómoda, sencilla y rápida, moviendo sólo la mano izquierda.


Otra de las ventajas de las que podemos disfrutar en el Kia Sportage es el control de determinadas funciones a través de mandos en el volante, como es el caso del ordenador de viaje o el control del teléfono móvil, conectado al equipo de audio del coche mediante tecnología Bluetooth. Con ello, el conductor podrá manejar estos sistemas sin necesidad de apartar las manos del volante, todo un plus de seguridad mientras circulamos. El sistema de audio del Kia Sportage consta de una radio con RDS, reproductor de discos compactos, conectividad MP3, USB y mini Jack, además de un altavoz en cada puerta y otro ‘tweeter’ en cada extremo del salpicadero. Como opción existe un equipo más avanzado AVN, que aporta una pantalla de siete pulgadas, Bluetooth y reconocimiento de voz.


La pantalla central del salpicadero, con un tamaño de siete pulgadas, puede cumplir igualmente la función de navegador. De ese modo, el conductor dispondrá de un completo sistema multimedia que podrá visualizar a través de este dispositivo de múltiples funcionalidades.


Otro opcional que seguro sabrán valorar muchos conductores del Kia Sportage es el techo solar panorámico de gran superficie. Su accionamiento es automático, tanto para su deslizamiento como para su inclinación, y llega hasta las plazas traseras, con lo que la sensación de espacio y luminosidad beneficia a todos los ocupantes del vehículo.


 fuente:motor.es.msn.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario